El Apoyo Conductual Positivo como estrategia de apoyo. La importancia del entorno.
Las conductas que nos preocupan o problemas de conducta generan un gran impacto en las personas con discapacidad y en su entorno. No solo interfieren en su aprendizaje y desarrollo, generando menos oportunidades de relaciones sociales, participación en la comunidad y aumentando la probabilidad de toma de medicación no siempre ajustada, sino que también acrecientan el estrés familiar, reducen la red de apoyo y provocan estrés psicológico para familiares y profesionales.
Además de trabajar en prevención primaria y secundaria enseñando a la persona habilidades y estrategias que mejoren o minimicen sus factores de vulnerabilidad biológicos, psicológicos y emocionales, es fundamental favorecer entornos de apoyo de alta calidad realizando ajustes en el entorno social, físico y metodológico que promuevan el bienestar emocional de las personas, cubriendo sus necesidades y dando oportunidades.
Es necesario hacernos este tipo de preguntas: ¿Qué estilo de apoyo le doy a la persona con problemas de conducta, creo que esa persona es el problema o que tiene un problema? ¿Le proporciono las oportunidades de comunicación y elección que necesita? ¿Entiende el mundo que le rodea? ¿Con qué frecuencia y con qué personas tiene interacciones sociales? ¿El entorno físico y sensorial está adaptado a sus capacidades?
Es importante adaptar los apoyos a cada persona, como “un traje hecho a medida” con el objetivo de mejorar su calidad de vida y reducir el impacto de los problemas de conductas en las personas con discapacidad y las personas importantes de su vida.
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